CAPITULO TRES

TRES

John no podía el cambio de su amigo, le preguntaba como había sucedido, había regresado su buen humor, su carisma a su cara, su risa lo que mas se extrañaba de el.

Julián comenzó a contarle que a cada aldea que llegaba la gente lo recibía con mucho gusto, le abrían sus puertas e incluso sus corazones, el se sintió muy bien ahí, se dio cuenta de que una vida dedicada para siempre al bufete le había traído como consecuencia su infarto, de ahí decidió vender todas sus pertenencias para dedicarse a una vida tranquila.

Ahí en la India conoció a un hombre que igualmente fue abogado & decidió irse a vivir allá por la tranquilidad, para poder tener una vida plena.

Julián le pidió ayuda al yogui, para que pudiera tener una vida plena.

Julián tenia que ir a Sivania para buscar la ciudad escondida de los monjes que le ayudarían, su búsqueda, en su camino se encontró a un hombre de túnica roja, el le gritaba pidiéndole ayuda para llegar a Sivania, el joven se detuvo & decidió ayudarlo, se veía de la edad de Julián, usaba una capucha, de no ser por un rayo de sol que le dio a la cara pudo distinguirlo, tenia ojos de gato & una mirada muy penetrante.

El joven iba con una canasta llena de flores, unas flores las cuales Julián nunca había visto.

El joven demostró inseguridad abrazando contra su pecho la canasta, desconfiando del occidental.

El joven le dijo que lo llevaría con los sabios pero como invitado suyo, le dijo que antes de llevarlo a su templo tenia que aceptar las condiciones; el se comprometió a ayudarle en lo que necesitara para lograr su objetivo, pero que a cambio seria que en cuanto el comprendiera las verdades eternas debería regresar a su país & ayudar a toda esa gente que se encontraba perdida, enseñándoles el camino & dándoles la esperanza para que se cumplan sus sueños.

Julián acepto las condiciones, & así convirtiéndose ese momento es un momento clave de su vida.